Por Mina Chiang, becaria de Rotary International para la Universidad de Sussex, 2017-2018
Nunca olvidaré el milagro que cambió mi vida. Lo llamo milagro porque las posibilidades de que esto ocurriera eran casi nulas.
Yo vivía en Bagamoyo (Tanzania). En ese momento estaba apoyando el establecimiento de una nueva universidad de ciencias para una iglesia católica local. Había un pequeño museo junto a la universidad que cuenta la historia de la ciudad como un importante puerto y punto central durante la trata de esclavos hace siglos. Siempre he tenido la pasión de ayudar a los vulnerables y necesitados, y me había asegurado el ingreso a programas de maestrías de algunos de los mejores programas de Desarrollo Internacional del mundo. Pero mi familia y yo carecíamos de los recursos para que yo continuara avanzando en mi carrera profesional.
A unos 10 000 kilómetros de distancia, un rotario de Taiwán respondió a mi correo electrónico en el que pedía ayuda para obtener una beca. Había sido reenviado varias veces. Me dijo que estaba impresionado por mi experiencia y mi sueño, y que me ayudaría a encontrar una posible beca. Se me llenaron los ojos de lágrimas al leer sus palabras.
A las pocas semanas de recibir el correo electrónico, recibí una Beca de Subvención Global de Rotary que cubre no solo la matrícula sino también el costo de vida. La palabra “agradecida” no es suficiente para describir mi sentimiento en ese momento. Agradecí a cada rotario que hizo posible mi maestría, y agradezco a Dios por el milagro.
Comencé mi maestría en Estudios de Desarrollo en el programa mejor clasificado del mundo, el Instituto de Estudios para el Desarrollo (IDS) de la Universidad de Sussex. Con compañeros de clase de más de 50 países, este ambiente diverso e inclusivo constantemente me dejó alucinada y amplió mis horizontes. La experiencia me transformó y me dio habilidades globales que estoy segura me ayudarán a contribuir a hacer del mundo un lugar mejor.
Mientras estudiaba para obtener mi título, mis conocimientos sobre Rotary aumentaron. Conocí a las personas más amables e inspiradoras de mi club patrocinador y anfitrión. Ellos son capaces de equilibrar su carrera y su vida hogareña mientras viven la vida al máximo. Después de prestar servicio voluntario en varios proyectos de servicio, vi cómo dedican su tiempo a la comunidad y a buenas causas y supe que algún día me gustaría ser rotaria.
Cómo poner fin a la esclavitud moderna
Después de graduarme, empecé a trabajar como consultora independiente para organizaciones como la Organización Internacional del Trabajo y la Seafood Slavery Risk Tool, la cual se especializa en poner fin a la esclavitud moderna. La esclavitud moderna es una atrocidad contra la que creo que el mundo tiene el deber moral de luchar. Desafortunadamente, no recibe la atención que necesita. Hoy en día, 40 millones de personas viven en situación de esclavitud, entre los que se cuentan situaciones como la trata de personas, el trabajo forzado y el matrimonio forzado. Trabajé con agencias gubernamentales, varias ONG y academias, contribuyendo a la investigación de la esclavitud humana y ayudando a dar forma a la legislación al respecto. También fundé una empresa de consultoría que es una empresa social, Humanity Research Consultancy, con el objetivo de capacitar y traer más consultores de países en desarrollo para trabajar en este tema.
El Grupo de Acción de Rotary Rotary Action Group Against Slavery (RAGAS) fue el lugar propicio para conectarme con otros apasionados de este tema. Cuando conocí al grupo, pensé en el versículo de la Biblia (Romanos 8:28) que dice que Dios obra todas las cosas para el bien. Rotary no solo me proporcionó la beca para capacitarme con las habilidades y conocimientos que utilizo, sino que también es uno de los pioneros en la lucha contra la esclavitud moderna. Esto es asombroso.
En el 2020, empecé a servir como coordinadora y miembro de la junta de RAGAS, lo que me ha permitido estar al lado de un grupo de bellos seres humanos que también sienten pasión por esta causa. La colaboración es lo que nos hace más fuertes, y creo que terminar con la esclavitud es un hito que Rotary puede ayudar a alcanzar, trabajando juntos.
FUENTE: Las Voces de Rotary
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