Por Maureen Duncan, integrante del Equipo de asesores técnicos (Cadre) y exvoluntaria del Cuerpo de Paz.

Estudiantes en Santa Lucia (Guatemala), fabrican jabón de ceniza volcánica como parte del proyecto financiado por una subvención distrital para empoderar a los estudiantes y para que continúen sus estudios.

Como integrante del Cadre, evalúo proyectos de Centro y Sudamérica. Además, solía desempeñarme como voluntaria del Cuerpo de Paz en Brasil (desde 1966 hasta 1968). Estas dos organizaciones poseen un gran potencial para colaborar y lograr increíbles resultados. Recientemente, pude combinar estas dos redes de contactos para desarrollar un proyecto financiado por una subvención cuyo objetivo es promover la educación y brindar oportunidades económicas para los jóvenes de Guatemala.

En febrero de 2019, me uní a Mark Balla, un rotario australiano y experto en agua y saneamiento, para visitar 15 de las 48 escuelas que participan en un proyecto de agua, saneamiento e higiene financiado por una subvención global. Una de las escuelas que visitamos fue el Instituto Mixto Municipal de Diversificado, una escuela secundaria de Santa Lucía (Guatemala), que prepara a los estudiantes para carreras en secretariado y contabilidad.

Nos impresionó la forma en que han incorporado la salvación del medio ambiente en su currículo. Vimos a los estudiantes simulando soluciones de negocios reales mientras convertían la basura reciclada en alfombras, hacían intentos rudimentarios de fabricar toallas menstruales renovables, y producían jabón orgánico.

Después de regresar a los EE.UU., solicité y recibí una subvención distrital para un proyecto que llamamos “Mantener a las niñas guatemaltecas en la escuela” para ayudar a los estudiantes del Instituto Mixto Municipal de Diversificado. La subvención fue posible gracias a las donaciones de privados, GoFundMe, y clubes rotarios de San Diego, California (EE.UU.) y Melbourne (Australia).

El objetivo es ayudar a las niñas de Guatemala a permanecer en la escuela. Si bien las escuelas primarias son gratuitas y ofrecen comida gratis, las niñas a menudo abandonan la escuela cuando empiezan sus períodos menstruales debido a la falta de productos e instalaciones adecuadas. Incluso si llegan a la escuela secundaria o al instituto, los costos de la matrícula, los libros y los uniformes obligan al 75 por ciento de los niños guatemaltecos a abandonar la escuela. Con este proyecto, estamos enseñando a los niños y niñas habilidades empresariales para que puedan ser autosuficientes y contribuir a sus comunidades.

En septiembre de 2019, contratamos a un director del proyecto local. Como exvoluntaria del Cuerpo de Paz, busqué voluntarios locales del Cuerpo de Paz que pudieran ayudar, y conocí a Lauren Devol. Ella trabaja en Guatemala para apoyar el desarrollo económico de la comunidad y forjamos una fuerte conexión. A Lauren le apasiona servir de conector para potenciar a las mujeres, los jóvenes y las poblaciones indígenas. Aunque nos separan más de 50 años en el servicio del Cuerpo de Paz y la edad, no podríamos ser más parecidas en nuestras aspiraciones fundamentales de ayudar a la gente a ayudarse a sí misma.

Al colaborar con el Cuerpo de Paz, sé que Lauren y el director del proyecto pueden estar ahí cuando yo no pueda. Se reúnen con los 12 estudiantes (seis varones y seis niñas), ayudándolos a evaluar sus objetivos y para animarlos. Este es uno de los grandes beneficios de formar alianzas con organizaciones colaboradoras.

Nuestro proyecto en la escuela secundaria de Santa Lucía tiene dos componentes:

Almohadillas menstruales reutilizables

Las estudiantes decidieron que uno de sus negocios sería fabricar toallas menstruales reutilizables a base de tela, sabiendo que las desechables son malas para el medio ambiente y demasiado costosas para la mayoría de las niñas y mujeres. Usando un diseño que los estudiantes idearon, estamos pagando a una costurera de la comunidad para que corte y cosa los protectores y las toallas, cumpliendo el requisito de incluir a la comunidad en el desarrollo económico. El énfasis de este esfuerzo no es principalmente para ganar dinero, sino más bien para la educación, ya que los estudiantes instruyen a las niñas y mujeres de Santa Lucía y las comunidades cercanas.

Jabón a base de ceniza de volcán

Los volcanes están por todas partes en Guatemala; muchos de ellos siguen activos y destructivos. Creemos, al dirigirnos a los turistas de la cercana Antigua, que podemos obtener beneficios vendiendo jabón hecho con ingredientes locales, incluyendo ceniza volcánica. Lauren ha sido de gran ayuda en el seguimiento de las actividades de los estudiantes: experimentando con los ingredientes locales, el envasado, la comercialización y las ventas. ¡Ella y el director del proyecto local incluso fueron de excursión con los estudiantes a un volcán cercano para conseguir algo de ceniza volcánica! Este será el primer paso de los estudiantes hacia la autosuficiencia. El dinero de las ventas comprará más materiales y cubrirá algunos de sus gastos de educación, además de ayudar a la comunidad local.

La subvención termina en abril de 2020, un plazo corto. Pero proporcionará un estímulo para posibles subvenciones futuras. Ya hemos cambiado vidas, lo que podemos ver a través de las sonrisas en los rostros de los estudiantes, el entusiasmo de la costurera y la positividad reflejada en toda la escuela. Pero sobre todo, las vidas de Lauren y mía se han enriquecido más allá de lo que podemos explicar con palabras.

Fuente: Las voces de Rotary