“Durante los 90 años de historia de este club fue la creación de estos premios uno de los momentos más importantes; esta ceremonia pretende compartir un mensaje de esperanza para crear una sociedad mejor; hemos sido testigos de cómo la búsqueda de la excelencia ha dado sentido a nuestros premiados”.
Así se ha pronunciado Isabel Cervelló, presidenta del Rotary Club Valencia, durante la entrega de los premios Llama Rotaria. La entidad celebró este viernes 22 de febrero la 35 edición de los premios Llama Rotaria que se otorgaron en el hotel Valencia Palace.
Los galardonados han sido Salvador Navarro Julio Tormo, Leopoldo López y José Francisco Ballester-Olmos.
Para Navarro, premio Llama Rotaria de economía como presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana, “este club es un ejemplo y representa la lucha y la defensa de la sociedad civil de la misma manera que cada día los empresarios y empresarias se esfuerzan por seguir generando riqueza y empleo y que esta tierra siga creciendo”.
Por su parte, Tormo obtuvo el premio Llama Rotaria de comunicación, por su labor de difusión de la cultura y las tradiciones valencianas, actualmente como director y presentador del programa Anem de Festa en 8 Mediterráneo: “soy de las personas más felices haciendo lo que me gusta, comunicar y encima de las Fallas que es lo que me apasiona; cuando vamos a tantos actos lo hacemos por esas personas que no pueden vivirlos en persona; funcionaría mejor la sociedad pensando más en los demás y no mirándonos tanto el hombligo”, ha comentado.
El premio humanidades se concedió a Leopoldo López Máñez, Decano del Cuerpo Consular acreditado en Valencia, representante de los Cónsules Honorarios de España, Portugal y Países del Mediterráneo. Máñez, ha reafirmado “la firme convicción de que debemos promover ese encuentro entre culturas y debemos mirar a los extranjeros en su dignidad más profunda; al cuerpo consular nos gusta el verbo compartir, ofrecemos diálogo pragmático sin sesgos ideológicos”.
El premio ciencias recayó en José Francisco Ballester-Olmos, ingeniero agrícola por la Universidad de Valencia, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y profesor de paisajismo y jardinería en la Universidad Politécnica de Valencia desde 1987: “Rotary Club es un patrimonio cultural y social de nuestra Valencia que mediante estos premios potencia la labor de la sociedad civil para lograr las sinergias que permitan lograr los objetivos compartidos”, ha destacado Ballester-Olmos.
El gobernador del distrito rotario de Rotary Club Valencia, Jesús Martínez, cerró el acto: “la llama es la fuerza, la pasión y el deseo, algo que encarnan nuestros premiados, es fuente de sus propios impulsos vitales; se han convertido en faros que alumbran el camino de la sociedad; el futuro es muy prometedor para este club, conocéis el destino y habéis fijado bien el rumbo”.
La gala de entrega de premios estuvo amenizada por la actuación de las soprano, alumnas del Conservatorio Superior de Música de Canto, Marina Cuesta, Míriam Silvia y Carmen Bosó (elegidas por Gloria Fabuel y Charo Vallés, miembros de Conservatorio), con Elizabete Sirante al piano (instrumento facilitado por Javier Clemente, de pianos Clemente).
Historia de los premios
En 1984, Rotary Club Valencia, club decano de la ciudad, acordó que una réplica de la escultura que había donado a la capital valenciana, instalada en una céntrica plaza, fuera el símbolo del reconocimiento que el club hacía a los hombres y mujeres que habían contribuido a hacer de España un país más habitable, más próspero y más culto.
Este galardón queda vinculado y es propiedad de Rotary Club Valencia, que lo concede anualmente.
El galardón se materializa en una reproducción, tamaño sobremesa, de 275 milímetros de altura, con placa en la peana, de la escultura Llama Rotaria, de la que es autor el artista y socio fundador, Vicente Ferrán Serra.
Entre la nómina de premiados figuran personalidades tan ilustres como Luis García Berlanga, Santiago Grisolía, Miguel Indurain o la doctora Ana Lluch. En el año 2008, con motivo del 25 aniversario de los galardones, se premió a las últimas 25 falleras mayores de València.