Saboo conversó sobre sus planes con el médico y rotario Nandlal Parekh, quien había trabajado en Uganda antes de ser expulsado del país por el dictador Idi Amin. Parekh pensaba que Uganda, país que aún se encontraba en medio de una guerra civil, se podría beneficiar enormemente de una misión médica. En 1998, Saboo organizó el primer viaje que fue el comienzo de los 20 años de misiones médicas que han dado como resultado más de 67 000 cirugías.
En su primer viaje, Saboo fue acompañado por un equipo de oftalmólogos y cirujanos con experiencia en cirugía correctiva en pacientes con deformidades causadas por la polio. Unos días antes de la partida del grupo médico, ocurrieron atentados terroristas en las embajadas de Estados Unidos en Kenia y en Tanzania las cuales causaron la muerte de cientos de personas. Sin embargo, los planes para un tercer ataque terrorista en Kampala, la capital de Uganda, fueron desbaratados.
“Estábamos aterrados”. “Los médicos se preguntaban: ¿tal vez no deberíamos ir?, ¿estaremos a salvo?”
Entonces, Usha, la esposa de Saboo le preguntó a una mujer que había participado en una misión de ayuda a los heridos en la guerra de la antigua Yugoslavia si había tenido miedo.
La respuesta de la mujer fue: “Solo se muere una vez y lo que importa es la manera en que mueres. Yo no tuve miedo, porque en ese entonces estaba sirviendo a la humanidad”.
“Aquella respuesta impactó a Usha,” recuerda Saboo. “Luego convocamos una reunión donde ella le contó al equipo médico su conversación y bastó solo eso para que los médicos dijeran: estamos listos para viajar”.
Llegaron a Kampala tres días después de los atentados terroristas. Parte del equipo viajó cuatro horas en bus hacia Masaka y el resto viajó a Gulu para realizar cirugías oculares. Hace siete años que el hospital local no había contado con la presencia de un oftalmólogo. Luego de someterse a la cirugía, algunas de las mujeres de edad bailaron de alegría ya que podrían ver a sus nietos por primera vez.
Saboo, quien no cuenta con preparación médica alguna, se mostraba aprensivo cuando veía sangre. Sin embargo, el equipo médico necesitaba toda la ayuda posible de parte de los voluntarios, ya sea lavando los pies de los niños que se someterían a cirugía, subiendo a los pacientes en las camillas o ayudando a ajustar las soluciones intravenosas.
“Madhav Borate, quien era el líder de nuestra misión médica, me dijo ‘Raja, cámbiate de ropa y entra a la sala de operaciones con nosotros. Tienes que sujetar la muñeca del paciente y monitorear su pulso mientras lo operamos’ ”. recuerda Saboo. “Yo le dije, ‘Madhav, ¿estás loco? Ni siquiera puedo soportar ver a alguien recibir una inyección. No puedo soportar ver sangre, me desmayaré’ ”.
Borate también se acuerda de aquel día. “Las salas de operaciones no tenían equipo de monitoreo, incluido un aparato llamado oxímetro de pulso,” señala. “Por lo tanto, decidí enseñar a tres rotarios a tomar el pulso de los pacientes e informar al anestesista si se aceleraba o si se volvía demasiado lento. Comenzamos a llamar a los voluntarios nuestros pulsómetros”.
“Vi sangre” añade Saboo. “Vi de todo y no me pasó nada. Esa experiencia me cambió por completo”.
Tan pronto regresaron a la India, los integrantes del equipo comenzaron a planificar su próximo viaje, esa vez a Etiopía, al cual se sumarían otros especialistas. El tercer año viajaron a Nigeria. En los 20 años transcurridos desde la primera misión médica a Uganda, han enviado más de 500 voluntarios a 43 países, realizado 67 000 cirugías y examinado a más de 250 000 pacientes, gracias a subvenciones por un monto total de USD 2,4 millones otorgadas por La Fundación Rotaria y distritos en Japón, Corea, Taiwán y otros países colaboradores. Ellos han organizado el traslado de pacientes de África a India para tratar de manera adecuada sus complicadas situaciones médicas. Asimismo, han realizado misiones médicas en la India.
El año pasado, en ocasión del 20° aniversario de la misión médica, el equipo regresó a Uganda. Si bien dicho país disfruta de una mejor situación económica y es más pacífico, aún tiene muchas necesidades.
“La infraestructura y las instalaciones del hospital eran mucho mejores y el personal de enfermería era colaborador y atento”, señala Borate. “Sin embargo, aún existía una aguda escasez de suministros, dispositivos y equipos médicos, incluso para operaciones de rutina”.
A pesar de ello, con la ayuda de los rotarios y los médicos de Uganda, el equipo logró llevar a cabo 1100 cirugías, incluidas 440 operaciones de ojos, 452 procedimientos dentales, 25 cirugías reconstructivas y 84 cirugías generales.
“Este es el impacto más grande del cual he sido testigo en mis 22 años como rotario”, señala Emmanuel Katongole, exgobernador del Distrito 9211 que incluye Tanzania y Uganda. “Ver a tantas personas con problemas tan complejos, esperando en una fila durante días para optar a ser operados y luego ver la felicidad en sus rostros. Aún recibimos llamados preguntando: ‘¿Dónde están los médicos de la India?, ¿pueden regresar?’ ”
Para el año 2019, Saboo tiene una meta aún más ambiciosa. “Sam Owori, quien fuera elegido como presidente de RI para el período 2018-2019, pero desafortunadamente falleció en 2017, me dijo, ‘Raja, durante mi año como presidente, me gustaría organizar un equipo de médicos que viaje a cada uno de los distritos en África’. Y le dije, ‘lo intentaré’ ”.
“Después de la muerte de Sam, el presidente de RI Barry Rassin me dijo, ‘Raja, veamos si podemos cumplir con el sueño de Sam.’ Eso es lo que estamos intentando hacer”.
— Frank Bures