Por César García, presidente del Club Rotario de San Pedro Sula 2017-2018

Desde joven, me gustó mucho el servir y ayudar a los demás. Es así como a inicios de los 90 me invitaron a participar de un grupo de jóvenes de mi edad que realizaban actividades en beneficio de la comunidad. Esa fue la primera vez que oí hablar de Rotary. Quienes me invitaron fueron el grupo de Interact de mi ciudad San Pedro Sula. Allí comencé mis primeros pasos en el mundo rotario. Luego, para continuar mis estudios universitarios, me trasladé a Tegucigalpa y decidí buscar un Club Rotaract al cual afiliarme. Luego de asistir a varias sesiones, actividades y cumplir con todos los requisitos establecidos fui juramentado en el Club Rotaract Tegucigalpa.

Mi participación en ambos grupos me ayudo a fortalecer el compromiso de ayudar al más necesitado, disfruté, además del compañerismo que prevalecía en ambos clubes y forjé amistades que aún conservo.

Pienso que, si desde joven te interesas en apoyar y pertenecer a estos grupos, la sensibilización y experiencia que uno adquiere se ve reflejado en el diario vivir, tanto a nivel personal como profesional. En esa edad uno es más eufórico y tiene una gran energía, que al transformarse en ideas y actividades, obtiene resultados inmediatos.

Al regresar de Tegucigalpa a San Pedro Sula busque reintegrarme al movimiento rotario. Ya como profesional y con una familia formada, ingresé al Club Rotario San Pedro Sula, donde comencé a participar en actividades de servicio ligadas a mi ocupación y hoy puedo decir con orgullo que he conseguido involucrar a mis hijos y que se interesen por Rotary.

Ofrezco mi historia personal para demostrar que las nuevas generaciones siempre están a la vanguardia y con muchas ganas de aprender y conocer acerca de lo nuevo que está sucediendo en Rotary.  Como rotarios y padrinos de clubes Rotaract, los socios de mi club estamos siempre dispuestos a brindar estos conocimientos a través de seminarios, capacitaciones, instrucción y compañerismo, siendo esta última actividad un factor importante para su integración en los clubes rotarios.

Una forma de que ellos aprendan más es invitando a que participen de nuestras sesiones y que se vayan familiarizando con todo lo que hacemos, y a la vez que lo pongan en práctica en sus sesiones. Asimismo, las actividades de servicio a la comunidad realizadas de manera conjuntan también estrechan más esos lazos de amistad y van creando ese espíritu de servicio al más necesitado.

En nuestra experiencia, siempre que invitamos a rotaractianos a nuestras actividades les asignamos una o más obligaciones para que ellos se puedan desarrollar y dar a conocer su potencial, fomentando el liderazgo en cada uno de ellos.

Un ejemplo de esto son las sesiones semanales que desarrolla nuestro Club Rotario San Pedro Sula, a las que siempre invitamos a participar al Club Rotaract San Pedro Sula. Para ello, les pedimos que nos visiten de dos a cuatro miembros de su club, de esta forma se dan cuenta del manejo de las sesiones en temas de protocolo rotario, compañerismo y, a la vez, les sirve como formación dependiendo del orador que tengamos. Recientemente hicimos una actividad que se llamó “Día Rotario” para lo cual visitamos la aldea Buenos Aires en la reserva el Cusuco de la Montaña el Merendón. Allí llevamos una brigada médica y odontológica y se donaron zapatos para los niños, actividad organizada por el Comité Auxiliar de Damas Rotarias del Club. Por su parte, el Club Rotaract se hizo cargo de la atención a los niños llevando piñatas, pasteles y realizando diferentes juegos, con esto, además de realizar la actividad en conjunto, estrechamos más los lazos de amistad y ayudamos a los más necesitados.

Los insto a participar más con las nuevas generaciones, desarrollemos clubes Rotaract más fuertes y dinámicos para servir mejor y de manera más duradera. Logremos que ese espíritu Rotario continúe creciendo, perdurando y fortaleciéndose mientras marca la diferencia en nuestras comunidades, nuestro país y el mundo entero.

FUENTE: Las Voces de Rotary